Sería increíble que ya no tuviéramos que voltear a ver a la exclusión para hablar de inclusión en las escuelas, sin embargo, es un hecho que las diferencias se siguen viendo como algo que hay que erradicar, como si fuera algo malo. Pero no es así, la inclusión ve a la diferencia como una oportunidad de enriquecimiento dentro del aula, si bien no es fácil como docente cambiarte el chip, tus esfuerzos darán un resultado enorme.

La educación inclusiva se basa en el principio de que cada sujeto tiene características, capacidades, intereses, necesidades de aprendizaje y contextos diferentes y los sistemas educativos se deben diseñar teniendo en cuenta la amplia diversidad de características y necesidades. Dentro del aula es el docente quien propone actividades para desarrollar las habilidades de cada estudiante y es válido también que en ocasiones sean los estudiantes quienes las proponen. 

El primer paso para trabajar de forma inclusiva en el aula es tan fácil como complejo, lo más importantes es creer en el valor de la inclusión de cada ser humano, reconociendo que todos tienen algo que aportar. De otra forma es imposible como docente transmitirle ese mensaje a los estudiantes.

Acércate a tus estudiantes, conocer la situación de cada estudiante implica un gran esfuerzo, sobre todo si se trata de un grupo grande, sin embargo recuerda que no todos los alumno se encuentran en la misma situación, no aprenden, piensan o trabajan igual. Al inicio de cada curso observa y haz una evaluación de cada uno, así podrás planear las diferentes actividades a realizar durante el ciclo escolar, además podrás ver su sus avances. 

– Para obtener resultados diferentes, evalúa diferente. Este es el pan de cada día de los estudiantes, evaluaciones centradas en las calificaciones, permite que aprendan del error. Alentar a que los alumnos participen sin temor a equivocarse y comprender no todos aprenden al mismo ritmo, es tarea del buen docente.

Guarda tiempo para que se conozcan. El aprendizaje no está peleado con la diversión, algunos aprenden mejor leyendo, otros actuando, platicando, pintando… promueve actividades grupales, motiva el trabajo en equipo, recuerda que las diferencias enriquecen.

Establece objetivos alcanzables pero que sigan siendo un desafío para los estudiantes, asegúrate de que todos hayan comprendido el tema por completo. Si todos tienen las metas claras, será más fácil alcanzarlas. Recuerda dejar tus comentarios o dudas y con mucho gusto responderé, ¡nos vemos en la próxima! 

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       Autor

     Aurea Arroyo

      Gerente de Alianzas y Distribución

     Campus Móvil